La mediación es una alternativa extrajudicial para la resolución de los conflictos que habitualmente se plantean en cualquier ámbito de la convivencia en el seno de la familia.
El proceso de mediación es un proceso de negociación asistida en el cual el mediador, profesional neutral e imparcial, ayuda a los implicados a conseguir una comunicación constructiva para que sean ellos mismos los que encuentren una solución a sus conflictos.
El proceso de mediación finaliza con la redacción de un documento que recoge los aspectos acordados durante el desarrollo de las sesiones.
Los principios de la mediación son:
Voluntariedad: Las partes son libres de acudir a la mediación y de darla por acabada en cualquier momento.
Neutralidad/imparcialidad: El mediador es un tercero imparcial y neutral que ayuda a las partes a conseguir acuerdos sin imponer ninguna solución y sin tomar parte.
Confidencialidad: Tanto el mediador como las partes tienen el deber de confidencialidad en relación a la información que se revele durante el proceso de mediación.
Ventajas de la mediación:
La mediación, frente a otros sistemas de resolución de conflictos persigue la eficacia en la búsqueda de soluciones.
Ante la alternativa judicial presenta mayor rapidez y un coste económico inferior, garantizando la confidencialidad frente a la publicidad de los procesos legales.
Asimismo, permite que sean las propias partes las que den respuesta a sus problemas sin intervención de un tercero que imponga una solución no concertada, mejorando la convivencia entre las partes implicadas.