El conocimiento global de la situación del riesgo penal actual en cualquier organización empresarial debe incluir, al menos, las siguientes tareas esenciales:
– La elaboración de un Plan de Prevención y Control del Riesgo Penal que incluya los protocolos de actuación y las recomendaciones dirigidas a prevenir, detectar y evitar las conductas delictivas por parte de todos los empleados de la organización.
– La elaboración de mapa de responsabilidades penales en función de poderes y cargos de administradores y gestores tras la incorporación en la organización empresarial del Plan anterior citado.
– Una política adecuada de Comunicación y Formación en la empresa dirigida a que todos los empleados tengan pleno conocimiento del Plan de prevención.
– La realización de Auditorías periódicas tanto internas como externas en función del volumen y riesgos específicos de cada empresa.
Un buen Programa debe tener un enfoque multidisciplinar y estructurado a través de una metodología de trabajo contrastada, contemplando al menos las siguientes dimensiones esenciales:
– La estructura de sociedades y responsabilidades compartidas.
– La totalidad de delitos sujetos a las nuevas regulaciones.
– Un enfoque en el tiempo que permita prevenir y corregir los delitos que se puedan haber producido.
En aquellos supuestos en los que haya producido un delito con responsabilidad de la persona jurídica, va a resulta esencial acreditar durante la instrucción fiscal y judicial correspondiente la existencia del programa, sus mecanismos de implantación y sus correspondientes auditorías.
Bufete Guerrero & Associats
Meritxell Duran Parera
Criminóloga